top of page

¿Por qué cuatro?

Las cuatro cabritas, aunque en realidad son 7, fueron bastante diferentes entre sí, sus motivaciones, historia y aspiraciones presentaban aspectos particulares. Sin embargo, es innegable que hacían parte del mismo rebaño del que querían liberarse, desvestir su opresión y explotar con letras y colores.

 

Fueron mujeres con vidas novelescas, trágicas, arduas, pero innegablemente felices. Se aceptaban, gritaban lo que el mundo no quería escuchar, se aventuraron. Vivieron con desenfreno, con deseo. Se amaron infinitamente a sí mismas, contemplaron su belleza, admiraron sus obras y eran sus principales seguidoras.

 

También amaron a hombres y mujeres, tuvieron sexo, se alimentaron de deseo, se inspiraron en el amor al prójimo. Y claro que odiaron, odiaron tanto como amaron.

 

“Las mujeres son libres porque son ellas mismas. Hacen lo que les dicta su instinto, no entran en complicidades con la sociedad, la religión, los cánones. No existe gran diferencia entre su mundo interior y su mundo exterior. Pisan fuerte, taconean, son chinampinas, rehiletes de colores, caballitos de feria, sillas musicales. Van por la vida abandera­ das de sí mismas”, Elena Poniatowska.

 

Su mundo  lo movía el amor y con él la pena y la desdicha, las traicionaron, se burlaron de ellas, les temían, pero las necesitaron para contar la historia de un México renovado, influenciado por el arte y la libertad.

 

Abrieron la puerta y dejaron escapar la opresión femenina, hablaron de independencia, de autonomía. Demostraron que son capaces de soportar un mundo machista, indiferente.

 

¡Gracias por quebrar los esquemas, amarse, ser libres y ser tan grandes, tan locas, tan cabras!

© 2015. Todos los derechos reservados. Por Sarita Noreña Ospina. Saranospina@hotmail.es Última actualización 11/09/2015.

bottom of page